ATENTAS, HOMBRE CALAMAR SUELTO

En uno de los días más horrendos del año, donde la humedad llega a 130% y mi pelo, en consecuencia, llega al meTro de altura, sin contar el frío de mierda que me obliga a enroscarme en una bufanda (o corro el riesgo de sEr ahorcada por la misma, o el riesgo de morir de frio), en uno de esos días en los que me tomo el puto subte y el mismo decide que no piensa llevarme a destino abandonándome en la estación TribuNales (que siempre confundo con Catedral) en ese preciso día, una vez más , lo más insólito me sucede.
Durante mi espera por la siGuiente formación (así le llaman a los subtes para aportarnos unos kilos más a nuestra ira), un hombre se me acerca. SubimOs a la nueva formación y el hombre decide pararsE a mi lado. La formación arranca, y yo me distraigo, porque estos días ando medio distraída, y de repente éL me regala un flor (que en realidad es una servilleta), no me gusta el chamullo barato, no me gusta agarrar servillEtas de otros, no me gustó la flor, no me gustan los extraños y no me Gustaba el olor que emanaba aquel ser (olor salado a muelle de San Clemente del Tuyú), pero, en un acto de bOndad, decidí agradecerle con la efusividad y el sarcasmo que tanto me caracterizan “para mí? Oh gracias, no te hubieses molestado”… y para mi desencanto narcisista… él creyó mis palabras, atreviéndose a retrucarMe mencionando “la hermosura de mi pelo”, “mi bUfanda verde que combinaba a la perfección con mi piel”…Y “mi inolvidable sonrisa” que por cierto, estaba enterrada por algún lugar debajo de la bufanda asesina …

“no no pArá flaco, te acepté la flor por cordialidad, si?”

La moraleja de esto es que lejos de ser un suceso que aLimente mi ego y aumente mi autoestima, me ofende en sobremanera que un hombre con olor a calamar se piense que yo podría llegar a estar a su alTura, solo porque hoy no tenía mi mejor día y mi pelo estaba inflado, la bufanda me estrangulaba, estaba más vestida que una cebOlla y tenía una actitud distraída, perezosa y poco atractiva. Hombre calamar!!!, todos tenemos un mal día, así que yo también espero volver a verte otra vez y que no te quede más que bajar la mirada mientras metés las florcitas junto con los anzuelitos y lombricitas que lleves en tu valijita de PESCADORRR.